Isabel Rendal Pampín

¿Te apasiona leer?

Con la lectura sucede un poco como con cualquier relación: tienes etapas, momentos, altibajos… pero no hay casi nada que sea capaz de enfrascarme y dejarme absorta como una lectura que enganche. Cuando mis hijos eran pequeños leía muy poco, por falta material de tiempo, y siempre me perseguía una especie de culpa por no hacerlo. Leer me relaja, me seduce, me transporta a otras épocas, países o vidas que no son las mías, y eso te permite viajar sin salir de casa, entender mejor a los diferentes, verte menos raro, reírte sin pudor, reflexionar, buscar respuestas o la Verdad que ansiamos y realmente no tenemos ninguno. Creo que sí puedo decir que me apasiona leer.

¿Quién te enseñó a leer?

Aprendí en el colegio, no recuerdo bien con quién, pero sí recuerdo el hambre de libros. Mis padres fueron niños de muy poca escuela, los dos nacieron en el 36 y vivieron infancias muy duras, sobre todo mi madre. Recuerdo que ella quería que sus hijos estudiaran, aprendieran y tuviesen lo que ella no tuvo y, si por navidad se pedían juguetes, pues llegaba lo que llegaba, pero si eran libros, el esfuerzo por intentar que los tuviésemos se redoblaba.

¿Cuál fue el primer libro que leíste, lo recuerdas?

Los primeros de los que tengo recuerdo fueron tres recopilaciones de cuentos que me regaló una tía mía, Ana, que era socia del Círculo de Lectores y me compró Cuentos de Perrault, Cuentos de Grimm y Cuentos de Andersen. Los releía continuamente. Muy poco después les pedí a los Reyes un atlas. Me trajeron uno enorme, de la editorial Edaf, marrón, pesadísimo y difícil de manejar por el tamaño. Aún los conservo todos, los cuatro.

¿Cuál es la historia literaria que ha provocado una mayor reacción en tu vida?

Aquí me cuesta dar una sola. Si tengo que elegir una que supuso un shock, escogería De amor y de sombra, de Isabel Allende. Fue la primera vez en mi vida que cogí un libro y no lo solté hasta terminarlo. Empecé a las cuatro de la tarde, paré dos horas para dar una clase que no podía anular y seguí hasta las dos de la madrugada, sin cenar. No podía dejarlo. Tenía 18 o 19 años y fue algo desconocido para mí. Con el tiempo ha habido libros especiales por diferentes motivos, y que también me han dejado enganchada, deseando tener un hueco para seguir, pero aquello fue memorable.

¿Qué le dirías a un niño de 10 años que no le guste leer para que descubra el gusto por la lectura?

Si con 10 años no le gusta leer, tenemos un problema, no es insalvable, pero existe.Primero hay que ver por qué no le gusta. ¿No lee bien, tiene dificultades de comprensión, de vocabulario? ¿Ha estado la lectura cerca de él desde pequeño o no? ¿Cree que los libros sólo están para amargarle la vida?

Tenemos que ser realistas y comprender que desde la escuela el planteamiento no puede ser el mismo para todos. Detrás del “No me gusta” hay situaciones muy diferentes.

Aún así creo que hay algo que siempre ayuda: el ejemplo. Si un chaval te ve leer, te oye hablar de libros, buscas temas que le gusten y le acercas ese mundo, le llevas historias interesantes, libros hermosos, bien ilustrados, libros que estén cerca de sus intereses o problemas, si hacemos eso podemos empezar a cambiar algo en la percepción que tiene de la lectura.

Leer en clase textos atractivos, enseñar cosas de los autores que nos dejen ver algo detrás de un nombre, anécdotas divertidas, recomendar lecturas que tengan una dificultad adecuada para su edad, eso será el segundo paso.

Por tanto yo le hablaría de mi experiencia, de los libros que me han dicho algo, le preguntaría cuáles son sus gustos, si escoge lo que ha leído hasta ahora o se lo han elegido otros.

Y ya para soñar en voz alta, si pudiese, me lo llevaría a una librería, buscaría libros con él, leería lo mismo que él y luego lo comentaríamos juntos con un chocolate con churros de merienda.

¿Cuál es a tu juicio el mejor momento para la lectura en el caso de un niño?

Si la pregunta se refiere al momento del día, diría que la noche, antes de dormir, o el momento en el que pueda compartir eso con sus padres.

Si se refiere a qué momento de su vida, diría que cuando sabe mirar, cuando aún no conoce las letras pero lee dibujos, cuando lo chupa, lo baba, lo saborea, ve las ilustraciones… Desde que son muy pequeños se siembra ese campo.

Después todas edades requieren una atención y un cuidado. Que tenga muchos libros en los estantes no es suficiente. Tiene que ver a papá y a mamá leyendo, a los de casa leyendo. El ejemplo es importantísimo.

¿De qué manera contribuye la lectura al desarrollo de un niño o de un joven?

Es fundamental. Como instrumento para adquirir el resto de aprendizajes, es obvio. Como puerta hacia cosas que no están a nuestro alcance, como vehículo de la imaginación, es clave.

¿Evoluciona mucho y muy deprisa la literatura infantil a lo largo del tiempo o más bien se mantiene estable en el tiempo?

Ha habido una evolución en los temas que se tratan, en cómo se tratan y la variedad de títulos es casi inabarcable, pero también he visto cosas que, desde mi humilde opinión, no entiendo cómo se publican. Hay una enorme oferta, cada vez mayor, pero hay muchas cosas que no son buenas. Que algo esté impreso y publicado no es garantía de calidad.

Por eso los que no fallan son los clásicos. Evoluciona el formato en el que se presentan, se buscan ilustradores realmente fantásticos que personalizan su visión de la obra, y se renueva su atractivo. Pero aparecen modas, personajes de televisión, cientos de abecedarios, números del 1 al 10, animales de la granja…… y nos creemos que hay mucho nuevo y no es tan nuevo.

¿Qué clásicos de la literatura infantil y juvenil no debería dejar de leer un chico del siglo XXI?

Una buena recopilación de cuentos tradicionales, como la que publicó Galaxia Gutemberg de los hermanos Grimm hace unos años, Ciencia ficción de Isaac Asimov, El fin de la infancia de Arthur C. Clarke, El maravilloso Señor de los anillos de Tolkien, un clásico inglés como Dickens -no sólo el Cuento de Navidad, que se atrevan con Oliver Twist pues es un ejemplo fascinante de cómo trabajar la ironía y cómo manejar un estilo y una forma de redactar a la que no están acostumbrados-, -Caperucita en Manhattan de Carmen Martín Gaite, El mundo de Sofía o El viaje de Teo, cualquiera de los dos da para reflexionar mucho, Poesía del siglo XX: Lorca, Nicolás Gullén, Benedetti, Neruda…, Momo, ....

Es tan vasto el número de buenas obras que resulta difícil acotarlo. Los gustos o motivaciones que pueden tener son tan variados…. Esta lista es un pequeño apunte, unas sugerencias. Cada uno debe elegir después

¿Es el cine o la tele un competidor para la literatura infantil?

Si y no, depende de qué veamos de la tele o del cine. Tanto en literatura infantil, como en los medios de comunicación audiovisuales masivos como la tele o el cine, hay cosas realmente buenas. Las pantallas pueden ser aliadas que nos hagan llegar una historia buena a muchas cabecitas pequeñas.

Pero si a un niño le damos la historia cocida por otros, adaptada e interpretada en versiones para la tele o el cine, lo que se requiere de él no tiene nada que ver con el hecho de leer él solo esa historia en un papel, en un libro. La pantalla les hace pasivos. ¿Qué el autor describe un paisaje? La pantalla te lo da dibujado ¿Qué el autor describe un sentimiento? La pantalla te da la cara que imaginó otro. ¿En el libro se habla de un olor, un presentimiento, el tacto de la hierba….? Pues eso no lo va a transmitir la pantalla. Las imágenes con movimiento, el sonido, la duración de las historias (asequible para su atención) todo eso convierten al libro en algo más difícil de seguir, que requiere más esfuerzo y que tenemos que hacer atractivo de otra manera.

Pero es verdad que una buena adaptación puede ser la mejor manera de descubrir algunas historias y hacerte apetecible leerlas.

¿Juegan un papel importante las ilustraciones en la literatura infantil?

Sin duda alguna. Las imágenes atraen muchísimo, y en el caso de los niños pueden ser la diferencia entre el éxito de una historia o el desastre. No sólo es necesario valorar el que haya imágenes, sino que es primordial ver la calidad de las mismas. Un ejemplo. Hay clásicos, como Pinocho o Caperucita, que según la versión/ adaptación que escojamos, pues hay decenas, podemos tener una pequeña joya o un tostón para un crío. La historia estará mejor o peor resumida, pero cuanto más descendamos en la edad del niño más importantes van a ser las ilustraciones que la acompañen. Los colores vivos, atractivos, los dibujos más o menos agresivos (pensemos en los dibujos manga japoneses), el cuidado en los detalles…. Todo contribuirá a generar un ambiente en el que la historia va a quedar atrapada, para bien o para mal.

Sé que la elección es difícil pero recomiéndanos tres libros: para tres niños o jóvenes de distintas edades

Es muy difícil. Y absolutamente subjetivo. Pero vamos allá.

Para los chiquitines me atrevo con dos sugerencias, que realmente son muchas más.

Mike Inkpen es el creador del perrito Kiper y hay unos cuantos títulos publicados para niños a partir de 2-3 años con ese perro como protagonista. Sus ilustraciones son especiales, con mucho encanto y atractivas para niños y grandes, pero además tiene un tesoro con cuatro historias, que pueden servir para un niño de 4 años y para otro de nueve; es El tesoro de Mike Inkpen. Y lo publica Timun Mas. Es una joya para tener, disfrutar y regalar.

Y la otra sugerencia es enormemente colorida y muy “animal”. Son dos personajes muy conocidos pero muy válidos: la ratona-ratita Maisy y el elefante Elmer. De cualquiera de ellos una historia es un acierto, y sobre todo de Maisy, hay bastantes donde elegir.


Para niñ de 8 años en adelante, y aunque no les guste leer:

Cuentos por teléfono de Gianni Rodari y que publica Editorial Juventud. Tiene muchas pequeñas historias, divertidas, nada convencionales, muy breves, que no hay que leer por orden, y que tienen muchos mensajes detrás.

Para los que ya se pueden atrever con más miga y menos dibujo les animaría a descubrir a Cornelia Funke.

Para niñ de 10 años en adelante, y aunque no les guste leer:

Si tienen 10 años Igraín, la valiente, si tienen 12 años El Señor de los ladrones. Si tienen algún año más que comiencen por Corazón de tinta, el primero de los que forman su trilogía más vendida. Éste les puede “presentar” a otros muchos autores e historias pues comienza cada capítulo con un breve fragmento de otros libros, muchas veces clásicos indiscutibles.

Muchas gracias por la entrevista y por las sugerencias de lectura que nos ofreces.


Entrevista realizada por Manuel Ángel Maestro
Responsable del Área de Marketing